miércoles, 10 de agosto de 2011

Filosofía, psicología y psicologización por Mónica Cavallé

Lo que venimos diciendo –lo reconozcamos o no, todos tenemos una filosofía de vida, un sustrato de ideas abstractas que configuran nuestra existencia concreta– es igualmente aplicable a las distintas
escuelas de psicología y de psicoterapia. Estas últimas se sustentan siempre en un sustrato de naturaleza filosófica que las condiciona, y allí donde no reconocen ni examinan dicho fundamento, éste será, por inconsciente, deficiente. Del mismo modo en que la filosofía se ha visto enriquecida por los pioneros de la psicoterapia (Freud, Jung, Adler, etc.), al haber estos forzado a los filósofos a reconocer que sus deseos y tendencias emocionales latentes condicionan, de hecho, su modo de pensar, también la filosofía ha de recordar a las psicologías y psicoterapias que cuentan siempre con unos presupuestos filosóficos implícitos, y que, si no los reconocen, incorporando la reflexión sobre los mismos, su alcance será necesariamente superficial, y su eficacia, dudosa.
Como ya apuntamos, existen desarrollos de la psicología que han sabido incorporar de forma
explícita la reflexión filosófica, y, en algunos casos, no sólo como un presupuesto de sus terapias, sino
como un ingrediente importantísimo de las mismas. La terapia existencial, la terapia racional-emotiva de Albert Ellis, la Logoterapia de Viktor Frankl y las psicoterapias humanistas son ejemplos de psicoterapias que utilizan aproximaciones y métodos específicamente filosóficos y que, de hecho, tienen bastantes cosas en común con el asesoramiento filosófico. Más aún, este tipo de psicoterapias se han revelado en la práctica particularmente eficaces, lo que evidencia cómo filosofía y psicología pueden beneficiarse de su mutua cooperación. Filosofía y psicología deben complementarse y cualquier artificial escisión entre ambas las empobrece.
“El asesoramiento filosófico no debe ser visto como opuesto a la psicología, sino sólo a la
psicologización, esto es, a la tendencia, demasiado común a nuestra cultura, a interpretar
todos los aspectos de la vida –incluso los asuntos filosóficos– desde una perspectiva
psicológica. El mensaje de este nuevo movimiento filosófico es que la vida tiene aspectos filosóficos significativos que no pueden ser reducidos a mecanismos y procesos prisológicos."


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